Durante los primeros días de mayo de 2020, la joven Érika Marín Palomo creó una cuenta de twitter con el único propósito de narrar en un “hilo” el “infierno” (según sus propias palabras) que vivió en una casa ubicada en el poniente de Mérida entre 2009 y 2011.

La chica comienza narrando que su familia vivía en Valladolid pero debido a problemas de salud de su padre, decidieron mudarse a la capital yucateca, donde estuvieron buscando una casa en venta hasta que se toparon con una en el poniente de la ciudad, cuyo dueño quería venderla con urgencia.
En el “hilo” se encuentra la imagen de la casa número 201, ubicada en calle 44 A del fraccionamiento Lindavista:
Previendo que por la urgencia el precio fuera accesible, la madre de la joven se puso en contacto inmediatamente con el dueño de la casa quien declaró que pronto se mudaría a otra región del país por cuestiones laborales.
Sin embargo, Erika aclara que, aquel hombre, vivía realmente en la propiedad de al lado y que el inmueble en venta se encontraba deshabitado y con aires acondicionados instalados.

La primera cosa extraña que sucedió no pasó a mayores y podría ser considerado como algo normal: la joven narra que al mudarse, notaron que el agua que se iba por la coladera del baño volvía a salir y esto les causaba molestias al bañarse.
Después de mandar a hacer una limpieza se descubrió que había un rastrillo para rasurar atorado en la tubería y luego de ser removido, el inconveniente se arregló.
Una muerte repentina
La chica vallisoletana continúa su relato indicando que a finales del 2008, ella y su familia ya se había instalado por completo en su nueva residencia.
Por algún tiempo todo transcurrió con normalidad e incluso, la mamá de Érika estaba muy entusiasmada con la casa y gozaba de excelente salud pero al iniciar el año 2009, cayó enferma de forma repentina a causa de un cáncer que no se le había detectado.
La señora estuvo luchando durante meses contra la enfermedad en el hospital acompañada de su marido y mientras tanto, su hija, que para entonces cursaba el primer grado de secundaria, tenía que quedarse sola en casa después de clases.
Fue entonces cuando comenzó la pesadilla.
Sucesos inexplicables
Con la esperanza de que su mamá se recuperara pronto y que al regresar viera todo en orden, Érika se afanaba en mantener limpia la casa y hasta preparaba su comida pero cuando lo hacía procuraba escuchar música a todo volumen desde su computadora pues siempre se sentía observada en la cocina y de esta manera lograba evitar un poco su incomodidad.
Lo extraño es que con frecuencia, la música se detenía y cuando ella iba a observar si la computadora había sufrido algún problema se encontraba con que todo funcionaba normal y la pista simplemente había sido pausada.
En otras ocasiones las canciones eran cambiadas antes de terminar y entonces Érika deseaba que pronto regresara su padre a casa.
Desgraciadamente, la madre de Érika perdió la batalla contra el cáncer y a partir de entonces varias nanas acompañaron a la joven para que no estuviera sola mientras su padre trabajaba, pero ninguna se quedaba por mucho tiempo.
Nanas espantadas
Una de la nanas contó que un día mientras lavaba la ropa alguien le arrojó un trapeador a la lavadora y que en otra ocasión descubrió que el fuego de la estufa se había encendido solo.
Esta misma señora también solía susurrarle a su patrón las cosas que le habían sucedido y este a su vez, respondía que también había notado sucesos fuera de lo ordinario.

Un día, durante el almuerzo, un florero de cristal que perteneció a la difunta madre vallisoletana, se rompió tras caer al suelo sin razón aparente y desde entonces el papá de Érika aumentó los rezos, creyendo que se trataba del alma de su esposa.
Esta idea se fue desvaneciendo cuando la joven y su nana comenzaron a presenciar hechos paranormales al mismo tiempo en habitaciones separadas lo cual les hizo pensar que en la casa existía más de una presencia de otro mundo.
Después de un tiempo, en 2010 aquella nana decidió marcharse y en su lugar llegó otra que sufrió una experiencia mucho más aterradora:
Luego de ver una película en la sala con su joven patrona, la nana apagó la tele y todos se fueron a dormir, pero después de un rato, el papá de Érika la llamó para decirle que el televisor se encontraba encendido y que lo fuera a apagar.
La nana recibió la indicación con extrañeza pero se dirigió a la sala para cumplirla, sin embargo, regresó a la habitación con el semplante pálido y llorando presa de un terrible espanto, mientras tartamudeaba que acababa de ver junto a la tele la silueta completamente negra de alguien de gran estatura.

En ese momento se escuchó un ruido parecido al de un ratón debajo de un mueble y en seguida “las cuerdas de la guitarra de mi papá sonaron dos veces. ¡me puse a llorar también!”, según declara Erika.
Lo más extraño fue que luego de eso, la empleada doméstica dejó de llorar súbitamente, alzó la mirada, tomó la mano de su patrón y le dijo – hola ¿me recuerdas, cómo estás?
El señor pidió que le soltara la mano indicando que no era momento para bromas pero aquella nana mantuvo su mirada perdida y una sonrisa extraña que desapareció a los pocos segundos. La mujer regresó en sí preguntando que había pasado y al día siguiente decidió regresar a su casa.
Érika narra que, a partir de entonces, ya no tuvo más nanas y se vio obligada a quedarse sola nuevamente en aquella casa.

Compañeros de clase asustados
Algunos compañeros de la secundaria llegaron a entrar a casa de Érika para realizar tareas en equipo. Ella recuerda especialmente a dos chicas pues una de ellas tuvo que ir al baño pero no tardó en regresar en calzones, gritando desesperadamente que la habían dejado sola.
Más adelante, mientras Érika y otra compañera se encontraban editando un video escolar, se escuchó que los vasos de la cocina sonaban como si alguien estuviera brindando con ellos.
El perro que tenían en la casa, se bajó del mueble en que descansaba y comenzó a ladrar a la nada, en dirección a donde se encontraban los trastes. Acto seguido la visitante terminó tomar sus cosas y marcharse.
“Ya estaba anocheciendo, fui por mi perro a la cocina y escuché un `shhh, shhh´. Ni voltee, me quedé con él en la terraza esperando a mi papá”, recuerda la chica.
Extraño sonambulismo
Érika también indica en su “hilo” de Twitter que tanto ella como su papá comenzaron a tener problemas de sueño, sobre todo este último quien se levantaba por las noches y parecía quedarse contemplando a su hija pero sin haber despertado.

Ambos dormían en la misma habitación porque la joven sentía que en su cuarto el ambiente era muy pesado.
Ya era el año 2011 y Érika solía quedarse despierta hasta la madrugada, escuchando música o revisando el “Facebook” mientras vigilaba que su papá no se cayera en sus lapsos de sonambulismo.
Es así como se dio cuenta de que, a las 3 de la mañana, siempre se escuchaba el sonido de algo que se golpeaba afuera de la casa y como sucedía con tanta frecuencia llegó un momento en que ella se acostumbró.
Más sucesos y testigos
La relación de hechos paranormales continúa: “Una vez estábamos peleando por que no me dejó ir a una fiesta y ptm clarito escuchamos como la cerradura sonara y vimos que giro.. Luego que algo pasaba y pasaba por debajo de la puerta, prendimos la tv e ignoramos lo sucedido…”
Otros familiares también dijeron haber experimentado acontecimientos fuera de lo normal, como una tía que le envió a Érika algunos mensajes hablándole del tema por primera vez. “Nunca me lo había contado hasta hoy que vio que haría mi hilo”, aclara la joven.

Érika también recuerda en Twitter que “esto me sucedió muchas veces en el baño, que estaba sentada y alguien me abría la puerta y yo gritaba – papá esta ocupado – y él no estaba en la casa. Llegó a ser tanto mi miedo, que iba a casa de mi abuela a bañarme”.
Jamás volveré aquí
Pero eso no fue todo: “Iniciando este año (2011) mi papá enfermo muy feo… Según era una úlcera vomitaba hasta una cubeta de sangre en verdad fue muy feo verlo así, mágicamente la úlcera cerró y en casi 7 años jamás se le volvió a presentar, igual mi perrito empezó a vomitar y quedar flaco muy, muy flaco”, recuerda Érika.
“Luego sufrió un infarto en la casa y ya cuando se recuperó decidimos dejar esa casa. Él sentía que la casa lo enfermaba y no sé, desde que nos quitamos de ahí, jamás volvió a estar de gravedad en un hospital.
Yo no quería ni regresar, sin embargo, cuando fui por mis cosas estaba empacando y alguien respiraba en mi oído y luego por ejemplo, mis cajas se movían de lugar. Tardamos como 2 semanas en mudarnos, fui por mi perrito al patio por que era ya lo último para irnos y alguien me tiró una piedra. Salí corriendo y dije – adiós jamás volveré aquí”.

Últimas incidencias
Érika Marín termina su relato incluyendo algunos problemas que tuvieron cuando su papá puso en renta la casa pues aunque cobraba relativamente barato ($1500), ningún inquilino quiso quedarse.
A la mayoría les atraía la fachada pero una vez que entraban, salían diciendo que buscarían otra opción. Por este motivo llevaron a un sacerdote para bendecir la casa pero éste se negó una vez que estuvo ahí sin dar más explicaciones.

“Ya desesperado la vendió super barata. El señor luego le contó que nadie se la quería rentar y que su cuñado fue a vivir ahí y escuchaba como le rasgaban la puerta en la noche y pasos cuando él vivía solo.
Fue lo último que supe hasta que un amigo de la prepa fue mi vecino me contó que esa misma calle el había visto cosas, como a una señora caminando con una vela y mi papá igual, luego me contó aún más cosas que pasaron que coinciden con lo que mi amigo me dijo, por ejemplo, que en la madrugada que él fumaba se escuchaba un caballo en la calle y al fin una madrugada fumando pudo ver que pasó un caballo negro super negro. Me contó que le dio tanto miedo que se fue corriendo a dentro”.
Posible evidencia paranormal
Érika añade al final algunas fotos y asegura que en ellas se aprecian algunas extrañezas:



Aquí te dejamos el hilo original: