Con una superficie de aproximadamente 305,127 metros cuadrados y más de 30,000 bóvedas, el Cementerio Xoclán es el camposanto más grande del sureste mexicano.

Se encuentra en el poniente de la ciudad de Mérida, justo a un costado del sitio donde el papa Juan Pablo II ofició una misa multitudinaria durante su tercera visita pastoral al país, en 1993.
Historia del cementerio
Fue inaugurado el 18 de enero de 1982 durante el gobierno del Dr. Francisco Luna Kan luego del trabajo a todo vapor que unos 200 obreros realizaron para tenerlo listo en septiembre de 1981.
La idea era poder responder a la demanda de bóvedas que se presentaría durante los siguientes 45 años ante el rápido crecimiento de la ciudad y la ocupación casi completa del Cementerio General y otros camposantos.

De hecho, el cementerio Xoclán comenzó a operar desde noviembre de 1981 al recibir entre sus bóvedas a 18 personas que fallecieron en una estampida humana ocurrida en el Plaza de Toros durante el cierre de campaña del entonces candidato a gobernador Graciliano Alpuche Pinzón.
Origen y significado de su nombre
En la actualidad es también el panteón más importante de la capital yucateca y su nombre proviene de la zona en que está asentado: los terrenos de una antigua hacienda denominada originalmente San Juan Bautista de Xocolam, que en maya quiere decir “pie hundido”, según datos del Diccionario Maya Cordemex.
Zona relacionada con José Peón Contreras
Un dato interesante es que esta hacienda pertenecía a principios del siglo XIX, al señor José Buenfil, quien la vendió a don Juan Bautista Peón y Cano, padre del ilustre dramaturgo José Peón Contreras.
Si eres yucateco, seguro reconoces ese nombre puesto que así fue nombrado el teatro más importante del estado.
En la actualidad
Debido a la aplicación del Artículo 115 constitucional, desde el año 2003 el Cementerio Xoclán se encuentra bajo la administración del ayuntamiento y hoy en día luce una gran mezcla de estilos, en su mayoría de carácter contemporáneo y llenas de color.

Hay muchas tumbas adornadas según los gustos que tuvieron sus ocupantes en vida: desde pelotas de futbol hasta locomotoras figuran entre las representaciones elaboradas con yeso.
En el edificio administrativo del lugar se realizan cremaciones, velorios y también cobros de servicios como agua potable.
Cada 2 de noviembre se lleva a cabo una misa en honor a los fieles difuntos presidida ordinariamente por el arzobispo de Yucatán.